"Cuando era chico me gustaba cazar a mí también, hasta que traté que una perdiz levantara vuelo para tirarle y, como no subía a pesar de mis pisotones al suelo, al acercarme me di cuenta que tenía cría abajo...nunca más le tiré con algo a un ser vivo". Capitán Martín Burbuja
Una de las especies más conocidas de Argentina es la perdiz colorada. En este caso, se trata de un gran ave, muy bella, y bastante sensible a las fumigaciones, pues se alimenta de semillas e insectos envenenados. Es una pena que se encuentre casi en extinción en muchas zonas, aunque se está recuperando en distintos lugares gracias a las repoblaciones en cautiverio y las posteriores sueltas. Prohibida en muchas zonas, sólo se pueden cazar algunas piezas en los lugares de cría.
La colorada es tres veces más grande que la perdíz común y sus hábitos son de andar en bandos o por parejas.
La reproducción va de septiembre a marzo en Argentina, primavera y verano. Por ello la temporada de caza es habilitada en invierno. El nido lo hace en una depresión en el suelo, debajo de matas de pasto, pone de 4 a 6 huevos de coloración marrón al vinaceo. Las hembras ponen huevos en un nido y los machos empollan.
La perdiz de monte o montaraz se caza en la provincia de la Pampa, dicho sea de paso, reino de la caza mayor del jabalí y del ciervo colorado. Es una especie con un tamaño muy similar al de la colorada, aunque con un plumaje no rojizo y sí similar al de la perdiz chica.
Ver: Mamíferos en peligro de extinción
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